Alguna vez leí algo que dijo John Lennon, “la vida es aquello que te va sucediendo mientras tú te empeñas en hacer otros planes”. Uno intenta hacer planes, tener una certeza de lo que pasará con nuestro futuro. Quiero aceptar que le he hecho mala fama a incertidumbre.
Hace poco tiempo experimenté algo donde la incertidumbre fue protagonista de la situación. Cuando apareció supe que había 2 opciones, quedarse quieta o echarse a correr. Bueno, quizás hay una tercera opción: dinamitar todo lo que nos rodea y empezar de cero. Solo que esta última, aunque aparentemente suene una solución, lo único que hace es retroceder en el tiempo, arrepentirse, generar culpa.
Yo hago casi cualquier cosa por manutenerme con vida, realmente sentirme con vida. Intenté quedarme quieta, pero fue sofocante, me sentí fuera de mi, me gobernó. Pienso que ahora esta incertidumbre puede ayudarme a mi pensamiento critico y resiliencia. Me podría ayudar a aprender sobre el control, sobre no “hacer planes” y lograr menos rigidez, lograr ser más curiosa, con capacidad de ver matices y no solo pensar en blanco y negro. Quizás me ayude a sentarme a hablar con mis demonios. Luego no querrán dialogar conmigo, de por si llevo tiempo que no me entiendo bien con ellos.
Todos los días intento entender un poco mas de mi propia historia. No he sido muy buena que digamos. Creo que de nuevo la incertidumbre protagoniza mi entendimiento. Una historia llena de preguntas irresueltas. Cuando una pregunta encuentra su respuesta se delatan decenas de preguntas nuevas y mas complejas. Un hueco eterno de dudas.
Como me siento es como escribo, no es una verdad. Es un momento plasmado con palabras que intentan desahogar un grito interno. No escribo lo que quiero, solo lo que puedo. Escribo para desahogar, para confrontarme y provocarme a mi misma. Porque hay cosas que solo la palabra puede decir lo que el corazón no se atreve. Me ayuda para no morir tanto.
Comments